La Ilusión

Esperanza es propietaria de una gran librería, está casada y tiene una hija preciosa. Parece que la vida le va bien, sin embargo un buen día amanece con una intensa sensación de vacío en el pecho. Tiene la clara percepción de que le falta algo, pero no sabe lo que es. Se lo comenta a su marido, que con las prisas no le hace mucho caso. Luego a su ayudante, que está demasiado ocupada con la marcha de la librería y apenas sabe hablar de otra cosa. La sensación de vacío persiste durante la mañana, así que, sin pensárselo y a pesar de que el día es lluvioso, Esperanza sale a caminar por las calles de la ciudad. Al cabo de un rato, empapada y perdida, va a parar a un portal con un curioso letrero: Oficina de las Almas Perdidas. Piensa que ella ha perdido algo y, además, está perdida. Así que entra. Y aquí comienza un viaje fantástico hacia su infancia y hacia las cosas que un día le hicieron sentir la ilusión de vivir y que había olvidado. Comienza un viaje en busca de la ilusión perdida.